JAIME FRANCO Y SUS DES-OCULTAMIENTOS
Ricardo Arcos - Palma - Galería El Museo
La galería el Museo realizó, una exposición del artista colombiano Jaime Franco, titulada “Alétheia des-ocultamientos”. Esta obra se hace y se deshace en una gran pared, generando así nuevas imágenes, insistiendo, por una lado, en el paso ineludible del tiempo, y, por otro, creando una especie de arqueología de la imagen, donde memoria y actualidad se conjugan armoniosamente. El principio mismo de esta pintura y dibujo (y luego fotografía y video) es el des-ocultamiento, y se realiza en la pared con barro que el artista escoge en varios lugares del país. Figuras arquitectonicas, que nos recuerdan de una u otra manera construcciones históricas, se realizan en la pared, y luego se borran con ayuda del agua, dejando una huella que se amalgama con otras formas similares. Esta superposición de imágenes abre un espectro amplio de tonalidades que permiten velar y develar algo que toca muy de cerca el misterio, el enigma. Esto mismo es, en esencia, Alétheia: develar algo pero mediante el ocultamiento, “como una mariposa cuando bate sus alas”, dice Franco. Este develar, ocultando y des-ocultando, deja al final del proceso una obra-huella, como insistiendo en que el tiempo es también memoria, y no solamente fuga.
Al dejar al descubierto el proceso mismo de la obra, el artista le asigna a ésta un valor adicional que va más allá del acabamiento, de la terminación y de su finalización. En este sentido, la obra de Franco estaría en resonancia, quizá, con la “Teoría de la formatividad”, enunciada por Luigi Pareyson, quien insistía en que la obra de arte tenía algo donde la forma continuaba componiéndose más allá de la decisión del artista; teoría que Umberto Eco aplicaría para su famosa “Obra abierta”. Al develar ese proceso en ese “brutalismo”, el artista no hace sino insistir en dejar al descubierto el andamiaje de sus imágenes, que a su vez se enriquecen mostrando en el mismo instante el antes y el después. Es aquí donde el video ilustra el proceso artístico. El espectador puede observar la obra en ejecución; hecho que se convierte en una experiencia artística fundamental, una “experiencia física” (Franco) que de una u otra manera se comparte con el espectador.
Esto es lo que sucedió en dos de sus obras: Nave (julio-octubre de 2013) y Barrena (octubre 2013-febrero de 2014). En la primera el fragmento de una construcción del siglo XVII se desdobla y vuelve a configurarse en la pared, bajo el mismo procedimiento que hemos narrado, generando una imagen futurista que parece flotar en un espacio gracias al movimiento de esta imagen que, realizada en varias capas, parece girar sobre sí misma. Como testimonio de este proceso que solo algunos pocos han podido ver, quedan fotografías y el video. La segunda obra, cuyo título, según el artista, se aproxima a la palabra barreña (vasija de barro), pude verla en su taller durante la ejecución. Esta obra tiene su origen en Los desposorios de la Virgen de Rafael Sanzio, pintada en 1504. La construcción que está en el fondo del cuadro sirve de pre-texto a Jaime Franco para extraer una fracción de la parte inferior, eliminando algunos detalles. Esa figura arquitectónica desprovista de la cúpula gira en el espacio creando una sensación de movimiento, donde la mirada puede adentrarse en el problema que ya los artistas del Renacimiento se planteaban: el arte, la pintura, se concibe en relación con el espacio arquitectónico.
Alétheia alude a las figuras geométricas que Leonardo da Vinci realizaba para ilustrar, a partir de los estudios de Luca Paccioli, su obra De la divina proporción (1509). Franco las transforma y les da una nueva lectura gracias al computador. La obra es una excelente reflexión plástica que ahonda en un universo donde arte y ciencia siguen dialogando en una especie de anacronismo (Didi-Huberman), donde el pasado se relaciona con un presente. Alétheia, entonces, es esa verdad que salta a la vista, que no debe permanecer oculta, que se devela y revela constantemente como una enigma. Pero ¿de qué verdad se trata? ¿De dónde se devela tal verdad? Hay un elemento “primario”, la tierra, que mezclada con agua deviene materia y forma, para construir y dar forma a esa verdad haciendo evidente (Heidegger) lo que no vemos.
Ricardo Arcos - Palma es crítico y teórico del arte y la cultura. Así como docente de la Universidad Nacional de Colombia.