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ELEMENTO DE LAS SOMBRAS

Charles A. Riley

1994

Nueva York

 

 

Si una palabra resume el trabajo de Jaime Franco y su reputación durante los últimos cinco años esa palabra es Ascenso, título de una de sus recientes pinturas. La pintura de Franco tiene una manera de permitir que sutiles y elementales fuerzas -como color, geometría y luz- emerjan de sus profundidades a una superficie de compleja fuerza. Por si mismo ha desarrollado una técnica de trabajo al óleo en la que engaña muchos espectadores que se preguntan si usa medios traslúcidos como la encáustica. Además de pinceles, cuchillos y espátulas, usa trapos y sus propias manos para trabajar a fondo sus duras superficies. Frecuentemente vuelve a templar el lienzo para lograr que esté más tenso mientras realiza el trabajo. En Ascenso, como en Comunión y Límite se puede ver como las figuras lineales -arcos y mayas de clara geometría- están borradas permaneciendo como cicatrices. La clave está en una construcción de capas sucesivas. Como él mismo explica:

 

"Uso el óleo aplicándolo capa sobre capa. Algunas capas son mas gruesas que las otras y las últimas son muy delgadas. La Construcción total se hace muy gruesa, trabajando en una pieza durante mucho tiempo y acumulando gran cantidad de pintura. Luego comienzo a trabajar sobre la superficie y me veo obligado a quitar la pintura, a borrar y raspar lo que hice. El resultado final es una sumatoria de capas, que un observador puede leer como un objeto arqueológico con toda la historia de su formación hasta el presente."

 

A primera vista las pizarras grises de Franco lo hacen parecer la antítesis  de un colorista, pero en realidad es un maestro del color. Las capas de fino pigmento (preparados por él mismo) revelan un profundo reino del color que él pretende desarrollar con el máximo cuidado. Inserta el color entre las capas de los tonos más neutros, como con los verdes y azules de Ratio (Razón), los dorados de Comunión y Ascenso o los rojos de Interferencia y Sangre.

 

"La capa del color se coloca en la mitad, a medio camino del proceso de construcción. Tomo la pintura en dirección del rojo o amarillo en ese momento. A partir de un momento se convierte en algo totalmente diferente. El color desaparece, pero al rasgar y raspar vuelve a aparecer. Trato de trabajar el color como si fuera materia, como si estuviese esculpiendo en él."

 

La exploración de Franco del color en la profunda experiencia del gris lo coloca en la gran tradición del cromatismo moderno que parte de Claude Monet (quien podía extraer su mundo colorido de la niebla londinense), como también de Henni Matisse, Jasper Johns, Mark Tobey, Cy Twombly, Brice Marden, Agnes Martin, Richard Dibenkom y otros poetas del gris. El fértil campo del gris de las pinturas de Matisse, especialmente de la Vista de Notre Damme han tenido una notable influencia en el cromatismo de Franco, y Matisse es también la mayor influencia en sus accidentadas líneas.

 

Franco también ha sido poderosamente influenciado por la literatura, especialmente por Camus, Nietzsche, Dostoyevsky y Dante, quien inspiró una brillante serie de pinturas que culminaron en la gran pintura en nueve paneles, presente en esta exposición; Sueño de Dante. La lectura que hace Franco de Dante se focaliza en los aspectos atmosféricos de la Divina Comedia, pasajes que describen la pesada niebla o humo que Dante debe atravesar en un reino confuso entrelazado de misteriosos y nublados ríos. En Sueño de Dante, Franco ha usado una tenue línea para evocar estos ríos y su desorientadora manera de circunscribir el paisaje, cambiando color y temperatura, disolviéndose en pequeños riachuelos o haciéndose enormes e impenetrables barreras. Franco entrelaza las bases geométricas de la alegoría de Dante y la maya, tema de la pintura contemporánea. Usa el color y una línea que se desvanece para interrumpir y retar la "regla" de la "regularidad". Como el mismo expresa “la maya está todavía presente en mi trabajo, Y en algunos casos los dos elementos están prácticamente luchando sobre la misma superficie. Pero creo que el trabajo que está exclusivamente basado en la cuadricula no se demuestra muy evolutivo porque está constantemente aproximándose a un callejón sin salida; la maya como representación de la nada y como modelo de toda utopía."

 

El entendimiento por parte de Franco de la postura Cartesiana se remonta a su juventud. Nació en 1963 en Cali, Colombia y pronto sobresalió en matemáticas, desarrollando luego una pasión por la física, los computadores y la ingeniería. Dejó su país para estudiar ciencias en París donde se decidió por la escultura, pasando 2 años en la escuela de Bellas Artes.

 

En verdad desde la distancia las pinturas de Franco parecen de hierro o de piedra pulida. Dan la impresión de poderosas puertas, muros, arrecifes y peldaños de piedra de los paisajes de montaña descritos por Dante. Para Franco, como para Dante, el viaje a través de este confuso laberinto requiere de humildad y fortaleza:

 

"Creo que lo que hace una fuerte pintura es una fuerte experiencia de vida. He visto fuertes pinturas realizadas con medios muy modestos (aguadas sobre papeles ordinarios). Una gran introspección, un gran compromiso, una gran responsabilidad son los elementos necesarios para una gran pintura sin tener en cuenta el tamaño, el color o la técnica. Goya escribió; "Denme un pedazo de tiza y hago una pintura, pues todo el arte está en el sacrificio y en el partido que se tome". Pocos artistas están interesados hoy en día por la verdadera pintura. La mayoría usa la pintura para trasladar inquietudes intelectuales. pero eso no es pintura para mi. Reconozco mi lugar en la gran tradición de la pintura, una tradición que empezó en el siglo XV y que creo no ha muerto todavía.”

 

 

 

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